Materias del Estudiante
jueves, 29 de noviembre de 2012
miércoles, 14 de noviembre de 2012
El Tacto Social ( Urbanidad y Buenas Costumbres )
Consiste en aquella delicada mesura que empleamos en todas nuestras acciones y palabras, para evitar hasta las mas leves fallas de dignidad y decoro, complacer siempre a todos y no desagradar jamás a nadie.
El tacto social debe considerarse, como el más alto y más sublime grado de la cortesía pues el supone un gran fondo de dignidad, discreción y delicadeza.
Hay ciertas reglas que sirven de base y fundamento a todas las demás reglas del tacto social:
- Respetar las condiciones sociales, considerando en cada una de ellas la dignidad y el valor intrínsico del hombre, sin establecer otras diferencias que aquellas que prescriben la moral.
- Respetar el carácter, el amor propio, las opiniones, las inclinaciones, los caprichos, los usos y costumbres y aún más los defectos físicos y morales de todas las personas.
- Adaptarse con naturalidad en todas las situaciones sociales, a las circunstancias que a cada uno sean peculiares.
Frases que revelan una relación armoniosa.
1. Gracias por su visita
2. Felicitaciones
3. Fue un placer atenderle
4. Lo siento mucho
5. Tenga la bondad
6.Que pena (resignación)
7. Muy amable
8. La siguiente persona por favor
9. No olvide comunicarse
10. Le ofrezco mis disculpas
11. Con mucho gusto
12. Por favor, vuelva a llamar
13.Es motivante escucharte
14. Que importantes las sugerencias
15. ¿En qué le puedo ayudar?
16. Intente una vez más
17. Tome asiento enseguida le atiendo
18. Mi compañero le atenderá
19. Con su permiso
20. Buenas noches
21. Muchas gracias por asistir
22. Bienvenido
23. Permitame acompañarle
24. Enseguida le pongo en contacto con las autoridades
25. Hasta Pronto
El tacto social debe considerarse, como el más alto y más sublime grado de la cortesía pues el supone un gran fondo de dignidad, discreción y delicadeza.
Hay ciertas reglas que sirven de base y fundamento a todas las demás reglas del tacto social:
- Respetar las condiciones sociales, considerando en cada una de ellas la dignidad y el valor intrínsico del hombre, sin establecer otras diferencias que aquellas que prescriben la moral.
- Respetar el carácter, el amor propio, las opiniones, las inclinaciones, los caprichos, los usos y costumbres y aún más los defectos físicos y morales de todas las personas.
- Adaptarse con naturalidad en todas las situaciones sociales, a las circunstancias que a cada uno sean peculiares.
Frases que revelan una relación armoniosa.
1. Gracias por su visita
2. Felicitaciones
3. Fue un placer atenderle
4. Lo siento mucho
5. Tenga la bondad
6.Que pena (resignación)
7. Muy amable
8. La siguiente persona por favor
9. No olvide comunicarse
10. Le ofrezco mis disculpas
11. Con mucho gusto
12. Por favor, vuelva a llamar
13.Es motivante escucharte
14. Que importantes las sugerencias
15. ¿En qué le puedo ayudar?
16. Intente una vez más
17. Tome asiento enseguida le atiendo
18. Mi compañero le atenderá
19. Con su permiso
20. Buenas noches
21. Muchas gracias por asistir
22. Bienvenido
23. Permitame acompañarle
24. Enseguida le pongo en contacto con las autoridades
25. Hasta Pronto
El aseo ( Urbanidad y Buenas Costumbres )
Del Aseo en General.
El aseo es una gran base de estimación social, porque comunica a todo nuestro exterior un atractivo irresistible y porque anuncia en nosotros una multitud de buenas cualidades de que la pulcritud es un signo casi infalible.
El aseo contribuye poderosamente a la conservación de la salud, porque mantiene siempre en estado de pureza el aire que respiramos y porque despojamos nuestro cutis de toda parte extraña que provoca la transpiración, favorece la evaporación de los malos humores, causa hifomento de un gran número de nuestras enfermedades.
Nada hay por otra parte que comunique mayor grado de belleza y elegancia a cuanto nos concierne, que el aseo y la limpieza. De nuestra persona, nuestros vestidos, nuestra habitación y todos nuestro actos, se hacen siempre agradables a los que nos rodean y nos atraen su estimación y aún su cariño.
Los deberes que nos impone el aseo, no se limitan a nuestra persona y a lo que tiene relación con nosotros mismos, sino que se extienden a aquellos de nuestros actos que afecta o pueden afectar a los demás ; pues sería gran insensibilidad el procurar de algún modo el desaseo de los que nos rodean, no sólo con nuestras acciones, sino también con nuestras palabras.
Del Aseo en Nuestros Vestidos
Nuestros vestidos deben estar siempre aseados no sólo cuando nos presentamos en sociedad o vamos por la calle, sino cuando nos encontramos dentro de nuestra casa.
La limpieza de los vestidos no es la única condición que nos impone el aseo, es necesario que cuidemos además de no llevarlos rotos ni arrugados. El vestido ajado puede usarse dentro de la casa, cuando se encuentra limpio y no estemos recibiendo visitas.
Cuidemos de que nuestro calzado este siempre limpio y con lustre, pues este es una parte del vestido que contribuye al arreglo de la persona.
Puede suceder que en nuestro medio no nos permita cambiar con frecuencia la totalidad de nuestros vestidos, pero en este caso no debemos omitir sacrificio alguno en cambiarnos al menos la ropa interior, la que puede ser lavada todos los días.
Cuando por enfermedad o algún impedimento nos vemos obligados a estar todos los días sumamente limpios de pies a cabeza.
El aseo es una gran base de estimación social, porque comunica a todo nuestro exterior un atractivo irresistible y porque anuncia en nosotros una multitud de buenas cualidades de que la pulcritud es un signo casi infalible.
El aseo contribuye poderosamente a la conservación de la salud, porque mantiene siempre en estado de pureza el aire que respiramos y porque despojamos nuestro cutis de toda parte extraña que provoca la transpiración, favorece la evaporación de los malos humores, causa hifomento de un gran número de nuestras enfermedades.
Nada hay por otra parte que comunique mayor grado de belleza y elegancia a cuanto nos concierne, que el aseo y la limpieza. De nuestra persona, nuestros vestidos, nuestra habitación y todos nuestro actos, se hacen siempre agradables a los que nos rodean y nos atraen su estimación y aún su cariño.
Los deberes que nos impone el aseo, no se limitan a nuestra persona y a lo que tiene relación con nosotros mismos, sino que se extienden a aquellos de nuestros actos que afecta o pueden afectar a los demás ; pues sería gran insensibilidad el procurar de algún modo el desaseo de los que nos rodean, no sólo con nuestras acciones, sino también con nuestras palabras.
Del Aseo en Nuestros Vestidos
Nuestros vestidos deben estar siempre aseados no sólo cuando nos presentamos en sociedad o vamos por la calle, sino cuando nos encontramos dentro de nuestra casa.
La limpieza de los vestidos no es la única condición que nos impone el aseo, es necesario que cuidemos además de no llevarlos rotos ni arrugados. El vestido ajado puede usarse dentro de la casa, cuando se encuentra limpio y no estemos recibiendo visitas.
Cuidemos de que nuestro calzado este siempre limpio y con lustre, pues este es una parte del vestido que contribuye al arreglo de la persona.
Puede suceder que en nuestro medio no nos permita cambiar con frecuencia la totalidad de nuestros vestidos, pero en este caso no debemos omitir sacrificio alguno en cambiarnos al menos la ropa interior, la que puede ser lavada todos los días.
Cuando por enfermedad o algún impedimento nos vemos obligados a estar todos los días sumamente limpios de pies a cabeza.
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