Del Aseo en General.
El aseo es una gran base de estimación social, porque comunica a todo nuestro exterior un atractivo irresistible y porque anuncia en nosotros una multitud de buenas cualidades de que la pulcritud es un signo casi infalible.
El aseo contribuye poderosamente a la conservación de la salud, porque mantiene siempre en estado de pureza el aire que respiramos y porque despojamos nuestro cutis de toda parte extraña que provoca la transpiración, favorece la evaporación de los malos humores, causa hifomento de un gran número de nuestras enfermedades.
Nada hay por otra parte que comunique mayor grado de belleza y elegancia a cuanto nos concierne, que el aseo y la limpieza. De nuestra persona, nuestros vestidos, nuestra habitación y todos nuestro actos, se hacen siempre agradables a los que nos rodean y nos atraen su estimación y aún su cariño.
Los deberes que nos impone el aseo, no se limitan a nuestra persona y a lo que tiene relación con nosotros mismos, sino que se extienden a aquellos de nuestros actos que afecta o pueden afectar a los demás ; pues sería gran insensibilidad el procurar de algún modo el desaseo de los que nos rodean, no sólo con nuestras acciones, sino también con nuestras palabras.
Del Aseo en Nuestros Vestidos
Nuestros vestidos deben estar siempre aseados no sólo cuando nos presentamos en sociedad o vamos por la calle, sino cuando nos encontramos dentro de nuestra casa.
La limpieza de los vestidos no es la única condición que nos impone el aseo, es necesario que cuidemos además de no llevarlos rotos ni arrugados. El vestido ajado puede usarse dentro de la casa, cuando se encuentra limpio y no estemos recibiendo visitas.
Cuidemos de que nuestro calzado este siempre limpio y con lustre, pues este es una parte del vestido que contribuye al arreglo de la persona.
Puede suceder que en nuestro medio no nos permita cambiar con frecuencia la totalidad de nuestros vestidos, pero en este caso no debemos omitir sacrificio alguno en cambiarnos al menos la ropa interior, la que puede ser lavada todos los días.
Cuando por enfermedad o algún impedimento nos vemos obligados a estar todos los días sumamente limpios de pies a cabeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario